En esta oportunidad, voy a extraer parte de la Tesis "Declaraciòn de Voluntad en Enfermos Terminales para la Muerte Asistida" elaborada por el suscrito, sobre la reseña historia de la eutanasia; hemos considerados aspectos importantes sobre ella, que nos da una idea general; sin embargo cabe realizar la advertencia que en la actualidad "hay un problema sobre la delimitaciòn conceptual de la eutanasia", lo que ha generado una confusiòn terminologica en varios autores; que trataremos de abodar en otro articulo; y que desde nuestra perspectiva, genera confusiones, las cuales no deben impedir abordar a fondo este tema; controvertido para el derecho; que debe privilegiar la dignidad de la persona humana, y bajo criterios bien definidos.
Etimológicamente el término eutanasia significa “buena muerte”. Deriva de los vocablos griegos “eu” que significa bueno y de “thanatos” que significa muerte.
Etimológicamente el término eutanasia significa “buena muerte”. Deriva de los vocablos griegos “eu” que significa bueno y de “thanatos” que significa muerte.
Para asegurar una buena muerte, comenta FEDERICO ORTIZ QUESADA, el Estado ateniense proveía de cicuta al ciudadano que la solicitará. Posidoppos, el poeta, afirmaba: “Nada mejor puede el hombre pedir en suerte a los dioses, que una buena muerte”. En el siglo II, Suetonio relata, en Los doce Césares, que Augusto “tuvo una muerte dulce tal y como siempre había deseado”. En efecto, cuando oía decir que tal persona había muerto de repente y sin sufrir, pedía a los dioses una muerte semejante, una eutanasia, palabra griega que significa “buena muerte”. Se trata de una muerte voluntaria, sin dolor físico. Cicerón emplea esta palabra añadiéndole un sentido de honor y nobleza
DORIS SILVA ALARCON señala que Platón en su libro III de La República afirma “cada ciudadano tiene un deber que cumplir en todo Estado bien organizado. Nadie puede pasar la vida en enfermedades y medicinas. Tú establecerás, oh Glaucón, una disciplina en el Estado y una jurisprudencia tales como nosotros la entendemos, limitándote a dar cuidados a los ciudadanos bien constituidos de alma y cuerpo. En cuanto a los que no son sanos corporalmente se les dejar morir.
HIPOCRATES se opuso a la eutanasia y en su juramento establece: “jamás dará a nadie medicamento mortal, por mucho que me lo soliciten”.
En algunos pueblos primitivos se practicaba la eutanasia por motivos eugenésicos o económicos, abandonando o matando a enfermos, niños malformados o anormales y a ancianos. Los celtas mantenían la costumbre de matar a sus guerreros heridos de muerte. La práctica de la eutanasia por razones sociales se practicó en Grecia, Esparta, India, Mesopotamia y otras civilizaciones antiguas.
SENECA fue quien la propugna. (Carta 77 a Lucilio) fundándose en que la ley eterna propuso un solo modo de iniciar la vida, pero varios para salir de ella. Corresponde al hombre decidir libremente sobre el sentido y su capacidad de soportar su existencia en el cuerpo. Séneca escribe a Lucilio: “El sabio tiene que vivir tanto como deba, no tanto como pueda”. “Lo mejor que ha ordenado la ley eterna es que nos proporciona una sola forma de entrar en la vida, pero muchas de abandonarla. ¿Tengo que esperar la crueldad de la enfermedad o del hombre, cuando puedo escapar del miedo de la tortura y liberarme de todos mis problemas? Ésta es la única razón por la que no tenemos que lamentar la vida: no sujeta a nadie contra su voluntad.”
Los Estoicos, (Séneca, Epícteto y Marco Aurelio) ven a la Eutanasia así: Séneca: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento". Epícteto predica la muerte como una afirmación de la libre voluntad.
SAN AGUSTIN Y SANTO TOMAS DE AQUINO unen a la prohibición del suicidio, la de la eutanasia. SANTO TOMAS MORO, al describir en su famosa Utopía la forma de Estado ideal, afirma por una parte que se debe prestar a los moribundos todo cuidado y solidaridad. Pero considera que, en casos de dolores extraordinarios, se puede recomendar poner término a su vida. Se le puede causar la muerte al enfermo, si éste está de acuerdo, privándole de los alimentos o administrándole un veneno. También se requiere el permiso de las autoridades y de los sacerdotes para evitar los abusos que podrían seguirse.
En 1605 FRANCIS BACON introduce como significado de eutanasia la acción del médico sobre el enfermo incluyendo la posibilidad de apresurar la muerte, en su libro "Historia Vital et Mortis" analizó el problema del tratamiento de las enfermedades incurables; defendiendo la muerte en determinados casos, y señalando que está podría ser una terapia para evitar y clamar el sufrimiento y dolor del paciente.
En el siglo XVIII, DAVID HUME formula, de manera clara y precisa, un razonamiento contra la idea de que la muerte voluntaria sea una trasgresión grave contra Dios o contra el prójimo o contra nosotros mismos. Su crítica a los argumento tradicionales contrarios al suicidio se encuentra en los Ensayos sobre el suicidio y la inmortalidad del alma, publicados en Francia en el año 1770 y en Inglaterra en 1777. El texto comienza: “Tratemos de restituir al hombre su libertad original examinando todos los argumentos comunes contra el suicidio y mostrando que esta acción puede estar libre de toda imputación de culpa o culpabilidad, de acuerdo con los sentimientos de todos los filósofos antiguos.”
El término eutanasia se popularizó a partir del siglo XVII y se usó ampliamente para designar diversas formas de muerte tranquila y natural; entendida como una buena muerte privada de dolores y angustias, una muerte buena y dulce.
A partir del siglo XIX, se refiere a todas las formas de muerte permitidas o provocadas al padeciente. La clasificación de la eutanasia plantea problemas éticos; una eutanasia involuntaria, activa y directa puede encubrir un asesinato; en cambio la voluntaria, pasiva e indirecta ha sido tolerada y moralmente validada; de esta manera, esta acción ha estado en la frontera del suicidio, el homicidio y la eutanasia.
FEDERICO ORTIZ QUESADA, nos informa que la eutanasia, de Sigmund Freud resulta ilustrativa. Freud ejerció la conciencia de sí hasta su máxima expresión: él evitaba la anestesia en las operaciones de su boca aduciendo que prefería sufrir el dolor, que no ser capaz de pensar con claridad. Sin embargo, cuando ya no pudo tolerar el sufrimiento le solicitó a su médico una dosis mortal de morfina. “Querido Shur, recuerda nuestra primera plática, prometiste que me ayudarías cuando llegará el momento. Todo es tortura y ya no tiene sentido”.
ARTHUR KOESTLER, novelista y filósofo húngaro, una de las mentes más brillantes de su generación, afligido por una leucemia y enfermedad de Parkinson, tomó el mismo camino.
Sin embargo, a pesar de que se advierte el sufrimiento del moribundo, la eutanasia se encuentra legal proscrita en la mayor parte de los países debido a las diversas tradiciones religiosas que establecen la santidad de la vida.
DORIS SILVA ALARCON señala que Karl Binding y Alfred Hoche en 1920 dan otro significado a la eutanasia, utilizando este término para proponer la muerte de personas social y económicamente inadaptadas como enfermos mentales o minusválidos.
PEDRO ORTIZ QUESADA, precisa que un movimiento a favor de su legalización dio inicio en Inglaterra en 1935, cuando Killick Millard fundó la sociedad para la eutanasia. La discusión se ha llevado a las cortes de Australia, Colombia, Estados Unidos, Holanda y otros países.
En el Territorio Norte de Australia entró en vigor, en junio de 1996, la Ley de los Derechos de los Enfermos Terminales. Autorizaba al médico a dar muerte al enfermo con una acción positiva, como una inyección letal. Además, permitía que cualquier ciudadano pudiera viajar a ese Estado para someterse al tratamiento. En marzo de 1997 fue derogada por el Parlamento por sólo cinco votos. En el periodo en el que estuvo vigente, cuatro pacientes fueron autorizados a quitarse la vida.
En España un hombre tetrapléjico desde hace 30 años, llevaba más de 25 exigiendo a la justicia su derecho a poner fin a su vida con la eutanasia. El 12 de enero de 1998 murió y a los pocos días se descubrió, ante la conmoción de todo el país, que había fallecido tras un suicidio asistido con cianuro. Sampedro llegó a la Comisión de Derechos Humanos para pedir que se escuchara su petición. Pero en España, así como en la gran mayoría de países del mundo, la eutanasia no es legal. Sólo en el norte de Australia, una ley federal permitió poner fin a la vida de los enfermos terminales, pero esta ley fue derogada a los seis meses de aprobada; antes de morir dejo un testamento a los jueces, autoridades públicas y políticas. Fue el primer ciudadano en pedir en España la eutanasia activa. Argumentaba el derecho de cada persona a disponer de su propia vida, Ramón murió en su casa de Boiro el 12 de enero de 1998 por envenenamiento de cianuro potásico, ayudado por su amiga Ramona Maneiro. Ésta fue detenida días después pero no fue juzgada por falta de pruebas. Siete años después, una vez que el delito prescribió, Ramona admitió en televisión haber facilitado a Ramón el acceso al veneno que le causó la muerte y haber grabado el vídeo donde éste pronunció sus últimas palabras. En 2004, Alejandro Amenábar llevó al cine la historia de Ramón con la película “Mar Adentro”, protagonizada por Javier Bardem que daba vida a Ramón Sampedro. La película fue alabada por público y crítica y recibió varios premios, entre ellos el Oscar a la mejor película extranjera y 14 premios Goya.
En los Estados Unidos, en el Estado de Oregon, en 1994 se aprobó la “Ley Muerte con Dignidad” que no entró en vigor debido a las protestas sociales. Finalmente, en 1997, el electorado la aprobó con el 60% de los votos y con restricciones a su aplicación. En este precepto estadounidense se admite el suicidio asistido: los médicos pueden prescribir drogas letales pero no administrarlas. Los requisitos para obtener medicamentos que produzca la muerte, de acuerdo con el “Documento Morir con dignidad”, son: 1) ser adulto (mayor de 18 años); 2) Residir en Oregon; 3) Tener capacidad de entender y capacidad de comunicar decisiones relativas a la propia salud; 4) Contar con diagnostico de enfermedad terminal; cuya evolución producirá la muerte en un periodo no mayor de 6 meses. Entre 1998 y 2004, bajo el amparo de la Ley 208 pacientes residentes de Oregon ingirieron medicamentos para morir con dignidad.
El país que más ha avanzado en la legislación sobre eutanasia es Holanda. El 29 de noviembre de 2000, la cámara baja del Parlamento holandés aprobó la eutanasia por 104 votos contra 40, y el 11 de abril de 2001 el Senado la ratificó por 46 votos sobre 28. La legislación que entró en vigor una vez que la reina Beatriz firmo el decreto en el año 2002; constituyendo Holanda el primer país que legaliza totalmente esta práctica. .
Terri Schiavo era una ciudadana de EE.UU. que estuvo 15 años en estado vegetativo crónico (irreversible). El marido pensaba que ella no habría querido esta situación y dio el permiso para interrumpir el soporte vital que la mantenía en estado vegetativo.
Pero los padres interpusieron diferentes recursos judiciales para evitarlo e incluso el presidente Bush presentó y firmó una ley para que no se pudiese retirar el soporte. Los jueces dieron la razón al marido y a Terri Schiavo, que murió en abril del 2005. La autopsia reveló que su cerebro pesaba 600 gramos, en lugar del peso normal que es de 1.400 a 1.600 gramos.
Reginald Crew era un tetrapléjico inglés de 74 años que fue a Suiza para que lo ayudasen a morir (2003). En Suiza no está despenalizada la eutanasia, pero no se penaliza la ayuda a morir, por motivos humanitarios, a una persona que lo pide. La Asociación Dignitas facilita la atención que requieren estas personas. Fue creada en 1998, sin ánimo de lucro, y hasta el año 2003 había ayudado a morir a 91 personas, dos terceras partes de las cuales eran extranjeras.
Nancy Cruzan estaba en estado vegetativo persistente e irreversible desde 1983 y los padres pensaban que era absurdo e injusto seguir en esta situación y querían interrumpir la ayuda que la mantenía viva. El 1987 pidieron permiso al juez, con la justificación de que ella se había manifestado en contra de estos tratamientos fútiles. El julio de 1988, el juez dictaminó en favor de la petición, pero prosperó una apelación, de manera que ocurrieron diversos juicios, en diferentes instancias, y finalmente los jueces sentenciaron que hay un derecho constitucional a rechazar los soportes vitales en el supuesto de que se llegue a un estado vegetativo permanente, y recomendaron la introducción en el ámbito sanitario del documento de “directrices anticipadas” (o “voluntades anticipadas” o “instrucciones previas”). En diciembre de 1990 el juez consideró probado que Nancy no habría querido seguir viviendo en sus condiciones y autorizó la interrupción del soporte vital.
La polémica de la Eutanasia actualmente, comienza a ser discutida en países como en Italia en donde el debate comenzó, ello a raíz el pedido de Piergiorgio Welby, de 60 años, enfermo terminal de distrofia muscular Welby, quien se encuentra postrado en una cama desde hace 40 años sin poder moverse ni hablar, solicita al presidente de la República, Giorgio Napolitano, el derecho de terminar con su vida; en donde incluso la ministra italiana de comercio exterior Emma Bonino realizó una huelga de hambre de dos días. Quien murió el 21 de diciembre del 2006 con la ayuda de un médico para desconectar la máquina, derecho por el que luchó ante todas la instancias sin que se le reconociera.
Uno de los últimos sucesos, es el caso de Inmaculada Echeverría, mujer Española que en año 2007 tenía 51 años, de los que lleva treinta postrada en una cama debido a su distrofia muscular, hospitalizada en el San Rafael, gracias a la decisión del Consejo Consultivo que avalo su petición para ser desconectada, señalando antes de morir que la decisión de referido comité es el “el milagro más grande y lo mejor que me ha podido pasar', al considerar que no quiere vivir lo que está viviendo. La decisión de la comisión permanente del Consejo Consultivo de Andalucía permite que se le retire el respirador a Echevarría, avalando así la tesis formulada por el Comité Autonómico de Ética, que dictaminó que la solicitud de la enferma es 'un rechazo de tratamiento', un derecho reconocido en la ley española de autonomía del paciente.